Por Ferran Martínez-Aira
Saúl Craviotto o Mireia Belmonte, o ambos a la vez, serán los abanderados de la delegación española el viernes 24 de julio en el recién inaugurado Estadio Olímpico de Tokio, una maravilla proyectada por el arquitecto Kengo Kuma con fachadas y voladizos de madera (2.000 metros cúbicos de cedro) que sentará a 60.000 privilegiados espectadores alrededor de una pista roja de atletismo, idéntico color al de Tokio 64, sede de los anteriores Juegos Olímpicos celebrados en el país del Sol Naciente.
Exceptuando los 427 deportistas españoles en Barcelona’92, donde, como país organizador, había derecho a participar en todos los deportes, el número de participantes españoles en cada cita ha oscilado entre los 281 de Londres 2012 y los 320 de Atenas 2004. La media es de 300 deportistas, justo el número que maneja el COE, quien en su último informe señala que, aún estando abierto el proceso en la mayoría de los deportes, ya han logrado su clasificación para Tokio 167 deportistas españoles, 111 hombres y 56 mujeres. Por equipos ya tienen plaza segura en Tokio el baloncesto y fútbol masculino, ambos géneros en waterpolo y hockey. Mientras las mujeres futbolistas y los rugbistas y voleibolistas, hombres y mujeres, ya no tienen posibilidades. Sin embargo, todavía pelearán por una plaza para Tokio 2020 el baloncesto femenino y las dos selecciones de balonmano.
En Río 2016, Carolina Marín, se proclamó campeona olímpica de bádminton, un deporte con apenas 8.000 licencias en España, como también lo es el piragüismo en aguas bravas y donde Maialen Chourraut también ganó un oro. Y una levantadora de pesas, la berciana Lydia Valentín, ganó una medalla de bronce. Al lado de su tremenda excepcionalidad, las medallas de Mireia Belmonte, Ruth Beitia, taekwondistas, piragüistas en aguas calmas, mujeres baloncestistas, ciclistas, gimnastas rítmicas y tenistas entraban en los pronósticos.
La próxima cita olímpica contará con ilustres cuarentones como Pau Gasol, si las lesiones se lo permiten y Alejandro Valverde, otra esperanza de oro olímpico. Y a todos les ganará Chuso García Bragado, que viajará a tokio con 50 años cumplidos tras haber ganado ya su plaza en los 50 kilómetros marcha.
“España lo va a hacer muy bien. En cada ciclo olímpico realizamos estudios con los resultados de Mundiales y Europeos, y siempre nos hemos movido una medalla arriba o abajo respecto a las previsiones. Por eso somos optimistas”, señala Alejandro Blanco, el presidente del Comité Olímpico Español (COE). “El modelo del Plan ADO, la gran invención del deporte español en Barcelona, está vigente, pero es innegable que hay que darle una vuelta para seducir a más empresas. Para Pekín 2008 se consig couieron 57 millones, 51 millones para Londres 2012, se bajó a 35 millones en el ciclo de Río 2016 y serán unos 22 millones para Tokio”.
Entre Barcelona 92, la fecha en la que llegó la modernidad al olimpismo español, y Río 2016, los españoles han obtenido 124 medallas, una media de casi 18 por cada uno de los siete Juegos Olímpicos disputados en los 24 años. Y esas son, justamente, las previsiones de Blanco de lo que se conseguirá en Tokio 2020, dentro de siete meses.
David Cal es el deportista español más laureado de todos los tiempos en los Juegos Olímpicos con 5 medallas: Una de oro y cuatro de plata. El piragüista gallego estrenó su palmarés en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 ganando el oro en los 1.000 metros en canoa. Además sumó una plata en el medio kilómetro, siendo superado tan solo por Andreas Dittmer al que había vencido Cal para llevarse su primera y única medallas de oro en unos Juegos Olímpicos. Cuatro años después en Pekín consiguió sumar dos nuevas platas, quedándose a las puertas de sumar un nuevo oro a su palmarés. En los Juegos Olímpicos de Londres 2012, además de ser el abanderado del equipo español, consiguió una plata más que le sirvió para convertirse en el canoista más laureado de todo los tiempos, además del mejor deportista español de la historia con cinco medallas olímpicas.