Por Fernando Martínez / octubre de 2014
Durante la presentación en sociedad de BCN Content Factory, Javier Pérez Llorca me recordaba que un entrenador del Real Madrid arrojó la toalla a la cuarta jornada de Liga porque se veía incapaz de gestionar su trabajo rodeado de 22 millonarios. Ese técnico era José Antonio Camacho, el marcador que supo anular a Johan Cruyff y que después fue seleccionador estatal de España y China.
Sin embargo, a Luis Enrique no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones entre sus 23 millonarios, unos más que otros porque Messi cobra 20 millones de euros por temporada y Sandro o Munir apenas rozan el millón.
El gran mérito del técnico asturiano ha sido que su mano izquierda ha imperado en el vestuario desde que se estrenó en el banquillo del Camp Nou. Cierto que conocía la casa tras sus ocho temporadas vestido de blaugrana y posteriormente dirigiendo magistralmente al filial durante tres temporadas.
Luis Enrique era el elegido tras la enfermedad incurable de Tito Vilanova, pero Sandro Rosell se dejó embaucar por Andoni Zubizarreta y fueron a buscar al otro lado del charco a un desconocido Gerardo Martino, hoy seleccionador argentino.
Pruebas de que Luis si sabe como entrenar a 23 millonarios. La primera: el portero titular de Zubi era el bisoño Stegen. Que poca vista la de Andoni que fichó a Claudio Bravo como suplente y que desde el primer partido de Liga ha sido fijo bajo los palos sumando 720 minutos de imbatibilidad. Y eso que algunos dudaban cuando se tragó un gol durante el devaluado Trofeo Joan Gamper. La segunda: Piqué se movía como una tortuga y para espabilarlo Luis echó mano de tres jugadores: Mathieu, que gran fichaje, Mascherano, pivote en algunos partidos que no mañana sábado en el Bernabeu y también Marc Bartra ha tenido bastantes minutos. Tercero: Xavi comenzó de suplente en beneficio del otro gran fichaje de la temporada: el croata Rakitic. El primer ahora pirmer capitán del Barça sacó lo mejor que lleva en su cabeza y en sus botas y le demostró al técnico que tiene fuelle para rato. El de Terrassa es ahora titular indiscutible. Cuarto: Iniesta no andaba fino y Luis lo relegó a la suplencia. Don Andrés vuelve a carburar porque tiene casta y clase para marcar diferencias como lo ha hecho en los últimos partidos. Quinto: Busquets pensaba que no tenía sustituto y Luis Enrique ha apostado por Mascherano como segundo pivote, aunque repito que el “Jefecito” será central en Madrid. Sexto: Munir había demostrado en la pretemporada sus magníficas cualidades de delantero y el técnico de Gijón lo convirtió en titular. El africanomelillense juega con descaro y aunque no será titular ante el Real si sabe que se ha ganado la confianza del míster lo mismo que Pedrito, que a pesar de sus problemas físicos se deja la piel los minutos que está en el campo. Séptimo: Neymar se ha destapado como goleador porque Martino lo tenía arrinconado en la banda y con la llegada de Luis Enrique, la estrella brasileña brilla en todos los partidos. Octavo: Messi no quiso salir del campo contra el Eibar porque por algo es el mejor del mundo. Consecuencias: los listos de siempre saltan a la palestra para decir que Leo manda más que Luis Enrique. Craso error, el martes pasado Messi marca un gol, da otro y se va al banquillo cuando el entrenador se lo ordena igual que Neymar o Iniesta. Aquí no rechista nadie. Ni Messi.
Conclusión: Luis Enrique si sabe como entrenar a 23 millonarios. Los 98.786 socios del Barça están encantados con las decisiones del técnico que no disfrutó como jugador vestido de blanco durante cinco temporadas y ahora es más culé que nadie. Ese es Luis Enrique Martínez.
BCN Polideportivo 