Messi y Suárez dispararon a la madera y Masche debió ser expulsado
Por Ferran Martínez / diciembre de 2015
Vibró la afición españolista cuando González González dio por finalizado el primer encuentro de Liga de este 2016. Los nuevos propietarios chinos del club aplaudían con sus guantes de lana mientras miles de bufandas blanquiazules agitadas al viento entre los 28.975 espectadores celebraron como una hazaña el empate del equipo de Galca.
El Espanyol sumó trece derbis sin doblegar al Barça. La última fue en el 2007 (3-1). Sólo Sergio García ha sido capaz de marcarle al Barça en los últimos siete enfrentamientos.
El todavía líder a la hora de escribir esta crónica no ha perdido en los últimos 18 partidos disputados. Sin embargo, el año nuevo como sucedió en el 2015 en San Sebastián (1-0), no ha sido la mejor carta de presentación del vigente campeón de Liga, Copa, Champions, Supercopa de Europa y Mundial de Clubs. A los discípulos de Luis Enrique se les indigestó el estado del césped y tampoco supieron zafarse de los marcajes pegajosos, al borde la infracción, que esgrimieron todos los jugadores alineados por el sagaz técnico rumano.
Le costó Dios y ayuda al pentacampeón imponer su jerarquía ante la disciplinada propuesta españolista. Neymar, voluntarioso y veloz y Suárez, sin recibir pases medidos como de costumbre, disfrutaron de un par de ocasiones para adelantar a su equipo. Mascherano se libró de la segunda amarilla por extender sus manos en un centro del capitán Javi López (m.33). Cuatro minutos después Messi, que debutó en Liga como blaugrana ante el Espanyol con 17 años, lanzó un libre directo a la cruceta con Pau ya batido. Nadie disparó más entre los tres palos desde fuera del área. ¿Por qué?
Fue tras el descanso cuando el Barça tiró de talento para encerrar al Espanyol en su área. No obstante, faltó puntería. Sólo una acción de Luis Suárez (m.55), recortando a su marcador en un palmo de terreno, asustó a la hinchada perica, que tras esa acción llevó en volandas a los suyos a resistir ante el mejor tridente del mundo, que fue apagándose como el resto del equipo, a medida que el partido agonizaba.
Tampoco sirvió de resulsivo la presencia de Sergi Roberto sustituyendo a Rakitic. Los dos centrales locales, Alvaro y Rocco, se multiplicaron para achicar balones y los jóvenes como Jordán o Asensio se movieron con astucia para desvirtuar todos los intentos del Barça, que nunca se encontró cómodo en Cornellà-El Prat. Esa es la diferencia entre el nuevo míster Costantin Galca y su predecesor.
El próximo miércoles los dos eternos rivales volverán a verse las caras en el Camp Nou (20.30) para disputar la ida de Copa del Rey. Los Magos de Oriente llegan cargados de juguetes para los más pequeños de la casa y también con un premio especial para los culés: El final de la sanción FIFA que permitirá jugar a Arda Turan y Aleix Vidal.
BCN Polideportivo 