El mundo entero, incluido el ministro Wert, se llevó las manos a la cabeza. El Barça se coronó con su 27 título ante Felipe VI en un Camp Nou de color rojiblanco
Por Ferran Martínez/ mayo de 2015
Para los que presenciamos la final de Copa de este 2015 entre el Athletic y el Barça, siempre nos quedará en la retina el 1-0 marcado por Messi (m.19). Los pitidos al himno español quedarán en mera anécdota, aunque el Gobierno español sancione a los clubs.
Messi demostró porqué es sencillamente el mejor. Ayer se guardó su gol más magistral desde que viste de azulgrana para esta final copera. Un tanto de antología que ya está dando la vuelta al mundo. El madre mía que se le escapó al Ministro de Deportes y Cultura, José Ignacio Wert, tras el maravilloso golazo de Leo, refleja lo que la mayoría de aficionados del globo terrestre realizamos en el Camp Nou o en casa ante la tele. Los 40.000 aficionados, que teñían de rojiblanco el feudo del Barça, no tuvieron más remedio que rendir pleitesía al mejor futbolista del mundo. El Athletic había resistido el empuje y dominio barcelonista, hasta que Messi dibujó su particular circuito y zafándose de cuatro defensas lanzó un zurdazo imparable que hizo inútil la estirada del portero Herrerín, el mejor de los leones. La balanza se había inclinado del lado del favorito, que sólo tardaría 16 minutos en sentenciar la final, tras un pase de la muerte de Luis Suárez a Neymar que certificó el 2-0 con que se llegó al descanso.
En la reanudación, nadie esperaba que el Athletic fuera capaz de darle la vuelta al marcador. El Barça bajó una marcha pensando en la final de Champions del próximo sábado ante la Juve. Valverde ordenó a los suyos que adelantaran líneas, aún a sabiendas que el contragolpe azulgrana podría deparar una derrota más abultada. Stegen, apenas tuvo trabajo porque sus compañeros durmieron la final. El 2-0 era suficiente. Sin embargo, el hambre y las ganas del dolido Alves con la directiva, tuvo premio. El “último mohicano” así se presentó Dani en la final, corrió la banda como siempre y su centro lo aprovechó Messi de nuevo para meter la pierna y firmar el 3-0 que daba al Barça su 27 título de Copa. Luis Enrique ordenó un primer cambio obligado tras resentirse Iniesta en su pierna derecha (es duda para Berlín) y Xavi tuvo los minutos suficientes para despedirse definitiamente del Camp Nou, con disparo incluido a la madera tras el lanzamiento de un libre directo. Poco antes Williams había marcado el gol del honor que paliaba en parte el desencanto de los miles de aficionados llegados de Bilbao, que en las postrimerías del encuentro se enfurecieron con Neymar porque el carioca realizó un malabarismo disfrazado de humillación para la zaga rojiblanca.
Hasta Luis Enrique reconoció la falta de ética de su pupilo cuando la final estaba decidida, aunque también el técnico asturiano justificó a Neymar “porque en Brasil son normales ese tipo de virguerías con el balón en los pies. No es la primera vez que Ney ha realizado esa jugada”.
Xavi e Iniesta subieron hasta el palco para recoger el Trofeo de manos de su Majestad Felipe VI que deseó al de Terrassa buena suerte primero en la final de Berlín y también en su próxima aventura en Qatar.